Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

  • Jorge E. Franco Jiménez

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El tema de la remoción del presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y de la Sala Superior del mismo, magistrado José Luis Vargas Valdez. y la elección de interino Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. por decisión mayoritaria de cinco de sus pares de los siete que integran la Sala, en ausencia del depuesto y de la magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso, es un episodio que trasciende negativamente, no sólo con referencia a dicho órgano especializado, sino al Poder del que forma parte que es nada menos que el Judicial de la Federación, depositarios de su ejercicio.

Se corrobora el resultado nocivo del suceso si se toma en cuenta que la Constitución Federal dispone, “se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Plenos Regionales, en Tribunales Colegiados de Circuito, en Tribunales Colegiados de Apelación y en Juzgados de Distrito”.

 

En consecuencia, la remoción anticipada del Presidente de la Sala Superior del órgano electoral, por la forma en que se llevó a cabo, alteró el sistema institucional de uno de los poderes, en que se divide su ejercicio; pone en evidencia su debilidad y subordinación frente al Ejecutivo y el Legislativo, al deteriorar el  control de la Constitucionalidad de los actos de autoridad y de protección de los Derechos Humanos que como atribución esencial tiene a su cargo el Poder Judicial de la Federación.

 

El presidente del Tribunal Electoral es elegido por siete magistrados de la Sala Superior, de entre sus miembros, para ejercer el cargo por cuatro años. El acuerdo tomado por la mayoría de los magistrados, es amplio y justificado constitucional y legalmente como se desprende de la lectura del documento publicado, pues los actos que motivaron la exclusión del cargo de presidente de la Sala Superior José Luis Vargas Valdez, no de magistrado integrante de la misma, son múltiples y algunos graves al afectar los principios de imparcialidad y certeza jurídica que se imponen a esa función.

 

El tema controversial es la forma no el fondo en que se maneja la solución de tema de que el Trife tuviere derivado de este hecho, dos magistrados presidentes, semejante a la figura del legítimo y el legal del pasado; y que, al día siguiente, se encaminen dos soluciones respecto a temas controversiales del mismo Poder Judicial Federal, una vez que se llevó a cabo una reunión- desayuno del presidente de la República y del de la Suprema Corte.

 

De ese desayuno surgieron los lineamientos para resolver dos cuestiones controversiales una, la del plazo ampliado por la ley para que siguiera en el cargo el ministro presidente de la Suprema Corte Arturo Saldívar, que públicamente el día de ayer rechazó seguir en tal cargo más allá del plazo para el que fue electo, con lo cual evitó que el Pleno de la Corte opinara, acerca de ello; ahora será declarada sin materia. Esta decisión pone fin a la controversia respecto de esta trama, pero no a las inconstitucionalidades afines que se combaten de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

 

El otro asunto es la destitución del presidente del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la elección de un interino. El presidente de la Suprema Corte ya fijó la ruta, el diálogo y la recomposición del mismo. Respecto al separado del cargo le sugirió al presidente movido, que se aparte del cargo por no haber condiciones de que siga; que por lo pronto se respete al electo como interino para restaurar la confianza y el funcionamiento normal de dicho órgano.

 

El fondo de los dos temas de conflicto del mismo Poder Judicial Federal ha sido resuelto anticipándose a posibles descalabros de inconstitucionalidad o legalidad. Sin embargo, la forma de su manejo es relevante por parte del presidente de la República, pues lo aprovecha para golpear al Poder Judicial de la Federación en su autonomía orgánica y técnica. Por una parte, afirma que la no aceptación del presidente Saldívar de seguir en el cargo, se debe a que sus pares, puestos por el pasado corrupto, no lo quieren por ser honesto; respecto a los integrantes del TRIFE les dice que renuncien todos; calificativo que hace extensivo en general, a ministros y magistrados, salvo raras excepciones aclaró.

 

 

Después de estos sainetes, se advierte con claridad que la forma es fondo en política como lo afirmaba un personaje del pasado y nos muestra una serie de experiencias como la renuncia anticipada a seguir en el cargo del Ministro Arturo Saldívar que tiene efecto inmediato, derogar una disposición de una reforma legal vigente al quitarle positividad; su negativa adelantada implica un reconocimiento tácito de inconstitucionalidad, pues de otra manera tendría que cumplir la ley vigente; resalta que se trata de una disposición privativa, al haber sido propuesta para aplicarse a una sola persona, el Ministro Presidente actual Arturo Saldívar.

 

El conflicto del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación pone de relieve la intrusión política tanto en su origen como en su solución. Por lo pronto el depuesto sigue como magistrado, salvo que se separe para que sea investigado o negocie su separación y propicie una vacante para el nombramiento de quien lo sustituya como magistrado con el perfil requerido acorde con quién ejerce el poder en México.

 

El objetivo se sigue colmando, pues de cualquier forma un poder, el Ejecutivo, muestra nuevamente que nuestro país sigue sufriendo una agravada concentración del poder, que desgasta profundamente el Sistema Institucional de México y dos bastiones del él, como son el INE y el Poder Judicial de la Federación, con el pretexto de su desaparición o modificación de sus atribuciones para sujetarlos a la voluntad del poder y retornar a la época de la democracia dirigida en México.

 

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