¡QUE CONSTE, … SON REFLEXIONES!

  • Sócrates A. Campos Lemus

Hace apenas unos días, uno de mis grandes amigos me enviaba un pensamiento de Catón, Don Armando Fuentes Aguirre, que dice:

SONETO PARA PONER EN LA CHIMENEA.

“Un pedazo de tierra para posar mi planta, y ahí una huella sabia que conduzca la mía.

Un rincón en el cielo donde anidar mis ansias, con una estrella, para saber que Tú me miras.

Sobre mi frente un techo. Bajo el techo una llama, un pan que nunca falte y una esposa sencilla.

La esposa como el pan: alegre, buena, cálida: el pan como la esposa, de suavidad benigna.
Un amigo y un libro. Salud, pero no tanta como para olvidar que he de morir un día. Un hijo que me enseñe que soy Tu semejanza.

Sosiego en el espíritu. Gratitud en el alma….

Eso pido, Señor. Y al final de la vida dártelo todo a cambio de un poco de esperanza”.

         Esto es como mi oración de la mañana; es un domingo alegre y lleno de luz y calor, de plantas nuevas y brotes y esperanzas, de pollitos recién nacidos, de cantos de pájaros que añoran su libertad, de gatos cariñosos y perros fieles y amantes, de hijos con alegría y valor y con amor, de compañera cálida y amorosa que siempre tiene una luz en su capilla para iluminar la casa, en fin, poco es lo que debemos pensar en tener, más que eso, no falta nada. Todo se reduce a que la envidia y la ambición no invadan y trastoquen los corazones de nuestra familia y sepamos que vivimos con lo que tenemos, porque lo que tenemos es mucho y lo mucho, también, hay que saberlo compartir y así lo hacemos todos los días.

         Un buen libro y una buena copa de vino de la buena tierra, una sonrisa y un oído atento a lo que escuchamos o a lo que decimos en la casa y ver esos ojos llenos de sabiduría de los hijos que nos lo dicen todo, porque ellos, no dejan de aprender, y por tanto, no nos dejan que descansemos en la vida; no hay por qué hacerlo, el verdadero descanso es la tranquilidad y el amor y siempre hay algo más por lo cual luchar. Sabemos que no todo es esfuerzo y que vale la contemplación y la meditación, el silencio y la oración y esto , es el alimento del alma, el alimento del cuerpo lo tenemos en todos lados como decía el Señor, ningún pájaro se angustia por lo que le falta, porque siempre encuentra ,cuando busca y tiene fe en el buscar.

         Por ello, cuando tomamos un libro bueno, de buen pan de alma y espíritu, como el de Paulo Coelho: “EL MANUSCRITO ENCONTRADO EN ACCRA: NO HAY ARMA MÁS PODEROSA QUE LAS PALABRAS”, recordamos que, en el  principio, fue el verbo… y ahí se nos dice: “Los derrotados son aquellos que no fracasan. La derrota nos hace perder una batalla o una guerra. El fracaso no nos deja luchar.”

         “La derrota viene cuando no conseguimos algo que queremos mucho. El fracaso no nos permite soñar, su lema es: “No desees nada, y nunca sufrirás”

         “La derrota tiene un final cuando nos empeñamos en un nuevo combate. El fracaso no tiene un final: es una elección de vida.

         “La derrota es para los valientes, sólo ellos pueden tener el honor de perder y la alegría de ganar…

         “No estoy aquí para decir que la derrota forma parte de la vida; eso todos lo sabemos. Sólo los derrotados conocen el Amor. Porque es en el reino del amor donde libramos nuestros primeros combates, y generalmente perdemos.

“Estoy aquí para decir que existen personas que nunca fueron derrotadas.

         “Son AQUELLAS QUE NUNCA LUCHARON”.

         Y, DE VEZ EN CUANDO, HAY QUE SABOREAR LA SOLEDAD, porque son benditos aquellos que no temen estar solos, porque se van encontrando a sí mismos., en ese diálogo interno que deja todo aflorar y cambiar, la meditación es, pues, cambio, no hay más.