REAPREHENSIÓN DEL CHAPO GUZMÁN

  • Jorge E. Franco Jiménez
UNA OPERACIÓN MEDIÁTICA PACTADA O RESULTADO DE UNA INVESTIGACIÓN EFICAZ

La nota fuerte de la semana pasada fue la detención de Joaquín Guzmán Loera, conocido como el "Chapo Guzmán", magnificado como el capo más buscado, creador de un emporio trasnacional del tráfico de drogas y ser uno de los más ricos de México, con fondos arriba de los mil millones de dólares según información de la Revista Forbes, la noticia de la reaprehensión fue filtrada el viernes de la semana pasada, por una agencia Norteamérica, posteriormente confirmada por el Presidente Enrique Peña Nieto y difundida a nivel internacional por las autoridades de nuestro país y de los Estados Unidos, situación que abrió un espacio de duda si era verídico o no lo difundido, dado que las autoridades mexicanas, Secretaría de Gobernación, Procuraduría General de la República, la Armada de México y la Secretaría de Seguridad Federal, habían citado a una rueda de prensa que fue pospuesta para finalmente, más tarde, el titular del Ministerio Público, lo reafirmara, acompañado de las autoridades implicadas, con excepción del Secretario de Gobernación Osorio Chong.

El evento fue arropado vía Twitter por el Presidente Peña Nieto, comunicado que dio certeza al hecho relacionado con la aprehensión del capo más buscado por los americanos, porque en México transitó durante trece años, sin haber sido reaprehendido a pesar de lo intenso que, ahora se asegura, fueron los operativos en ese sentido. La descripción de la captura y del lugar fueron amplias, resaltando como condicionantes de esta tarea, las labores de los servicios de inteligencia y la intervención de la Secretaría de Marina y la colaboración de la DEA que auspiciaron el éxito en la localización de este personaje, después de que se les había escapado por los túneles de drenaje que comunicaban a diversas propiedades del apresado; ante este evento, se hicieron presentes las felicitaciones desde el nivel presidencial, los diversos actores políticos, aun los que militan en la oposición, los partidos, el ex presidente Fox y diversos representantes de otros países, esencialmente de los Estados Unidos.

Respecto de lo acontecido surgieron las dudas e interpretaciones en los hechos publicitados en los medios, en la conferencia de prensa dada por las autoridades, imágenes que plantearon diversas interrogantes ¿Cómo se llegó finalmente a saber la ubicación del capo y  que datos propiciaron su detención después de trece largos años de haberse fugado de Puente Grande? ¿Qué le había fallado? La aprehensión se efectuó sin resistencia, en el departamento de un edificio que no tenía vigilancia alguna que cuidará de esa persona, sólo una mujer cuya identidad no se dio de manera amplia y un hombre que ya ha sido consignado sin mayores referencias respecto de la relación que guardaba con Joaquín Guzmán; la imagen de éste al momento de ser trasladado al helicóptero, no era de preocupación o de una persona agredida por ofrecer resistencia, no se mostró el arma que se difundió estuvo en posibilidad de alcanzar, se vio bien vestido y fresco, es decir, no presentaba signos de haber sido sorprendido.

Un primer plano de interpretación se deriva del aspecto que presentaban las autoridades que en la rueda de prensa encabezaba el Procurador Murillo Karam, acompañado de los Secretarios de las Fuerzas Armadas y de Seguridad Pública Federal, cuyo lenguaje corporal, fue descrito por un comentarista, como de desagrado y no de una acción que se anunciaba como de un logro histórico, pues dijo el especialista que ello lo advertía del comparativo que hizo con actos similares ocurridos en Colombia, en los cuales, los titulares de las fuerzas de seguridad, mostraban señales de júbilo cuando daban a conocer la detención de algunos líderes de los carteles de Cali o Medellín; de lo que se advertía que este hecho había alterado algo en México, o derivaba de la confrontación previa que implicaba qué autoridad mexicana lo daba a conocer; lo que finalmente se arregló, con la justificante de que ello correspondía a la autoridad investigadora de los delitos, la Procuraduría General de la República y no el Secretario de Gobernación, ni de la Defensa, Marina o Seguridad Pública Federal, de ahí la no asistencia de Osorio Chong.

La imagen televisiva del Chapo conducido al helicóptero, también induce a revisar los detalles que en las tomas ponen de relieve algunas cuestiones, como la presencia de una persona de chamarra que se acerca por la espalda al segundo de Mondragón y Kalab; posteriormente, esta misma persona, posiblemente de la DEA, se acerca al aparato en que se había subido al chapo y baja a dos marinos de boina, sin las siglas de la marina mexicana, con un uniforme diferenciado al de los de México; no portaban casco y el color de la vestimenta no coincidente, lo que pudiera inducir a pensar que eran marinos americanos, por eso fueron bajados y la toma de la televisión, fue inmediatamente cambiada; lo que conlleva que estas fuerzas provenían del país vecino y que de alguna manera, coadyuvaban por razones de desconfianza en la seguridad de la operación; a estos detalles, se agrega el contenido de una entrevista que Phil Jordan, ex jefe de la DEA en el Paso Texas dio a la cadena Univisión, en la que de entrada expresa que la aprehensión del Chapo es un triunfo para México, los Estados Unidos y la DEA, esta es la parte agradable; la contraria, se manifiesta cuando a preguntas del comentarista, señaló que fue una sorpresa la detención, porque el Chapo contribuyó económicamente con la campaña de Peña Nieto, agregó que los padrinos de los cárteles de México, siempre han estado metidos en la política con el Revolucionario Institucional, lo que ha dificultado la detención por parte de los Estados Unidos de algunos de ellos y que algo pasó o se descompuso en esa relación que motivó la aprehensión del Chapo, que no tiene evidencias en su poder, pero si sabe que la DEA lo tiene documentado y que la corrupción se da en diversos países.

Los archivos e información que tiene en su poder Joaquín Guzmán, son valiosos y al mismo tiempo peligrosos, tanto para México como para los Estados Unidos, porque se relacionan con los compromisos y dádivas a los servidores públicos de todos los niveles envueltos e infiltrados, de ambos gobiernos, intereses que tradicionalmente han enfrentado en México a las fuerzas armadas, de seguridad, investigadoras y políticas como la federal de seguridad en alguna época, situación que aún prevalece bajo esquemas atenuados o disimulados que han sido el obstáculo para abatir significativamente este flageló social del crimen organizado y que, sexenalmente, recibe los impactos del acomodo de las corrientes políticas imperantes.

Todo este contexto permite intuir que el Chapo tiene un as bajo la manga, que le permitió pactar una entrega, sin que se le quitara la vida, como consecuencia de que sabe quiénes están involucrados en el nivel oficial, contrario a lo que sucedió con Beltrán Leyva en Morelos, en que no sólo fue privado de la viada por las fuerzas armadas, sino desnudado y cubierto con billetes, como un acto que constituye una afrenta a la dignidad, ampliamente controvertido, lo que contrasta con el reciente operativo que se dio sin resistencia, sin el cerco de protección o instrumentos de alarma que caracteriza a estos casos; tampoco se distribuyeron imágenes del momento en que se introducen las fuerza de seguridad y detienen en el lugar al más buscado; ni quien lo mantuvo retenido hasta el momento en que se le presenta y traslada a la Ciudad de México, como se protegió la integridad física de este famoso líder del narcotráfico, ante el riesgo que representa el que hable de los comprometidos con su organización, y que también lo compromete a guardar silencio frente a las autoridades judiciales; cuestiones que el tiempo y los versados en estos temas, así como las filtraciones propias de estos sucesos que se difundan desde el ámbito oficial y político, los irán aclarando; por lo pronto, estimo que salvo la presión de los Estados Unidos, Joaquín Guzmán Loera, tiene garantizado un largo plazo de no extradición, en tanto cumple la condena pendiente y se resuelven los cuatro procesos más que hasta ahora enfrenta, mientras tanto, transitaremos en la duda de que se trate de un acto de una investigación real, transparente y efectiva llevada a cabo por la autoridad mexicana, con el auxilio de las agencias de los Estados Unidos o de la implementación de un caso de justificación mediática, debidamente planeado e implementado para conveniencia de todos los actores, bajo el manto del silencio derivado de la complicidad que rodea estos hechos.

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