¡Que conste,... son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus
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Decía Plutarco que: “De los hombres aprendemos a hablar; a callar sólo de los Dioses”. Saber cuándo hablar y cuando callar, saber el valor del silencio y de la paciencia, de tener en cuenta lo de los demás y no solo querer decir lo de uno, no es una cosa sencilla porque nadie lo enseña sino es el tiempo y la experiencia, y a veces, ni el tiempo, porque llegamos a viejos necios y egoístas. Tal vez, por ello, Pitágoras señalaba que: “El silencio es la primera piedra del templo de la sabiduría”, porque muchos pensamos que el ser sabio es hablar mucho de todo, cuando en verdad es reconocer que a pesar del tiempo poco es lo que sabemos de poco y es mejor callar.
         Mi compadre Rafael Aragón Kuri, quien es un médico enamorado de la vida, un hombre que en Oaxaca ha sabido hacer de su profesión un templo para la sabiduría y la entrega, para dar a los demás no solamente salud sino afecto, me hizo el favor de enviarme esto que reproduzco sobre el hablar y el silencio. No sé de quién es y lo más importante es que lo mejor es que nos sirve a todos para reflexionar sobre  silencio y la palabra:
“Hablar oportunamente, es acierto. Hablar frente al enemigo, es civismo. Hablar ante una injusticia, es valentía. Hablar para rectificar, es honradez”.
“Callar miserias humanas, es caridad. Callar a tiempo, es prudencia. Callar de sí mismo, es humildad. Callar palabras inútiles, es virtud”.
“Hablar para defender, es compasión. Hablar ante un dolor, es consuelo. Hablar para ayudar a otros, es caridad. Hablar con misericordia, es rectitud”.
“Callar cuando acusan, es heroísmo. Callar cuando insultan, es amor. Callar las propias penas, es sacrificio. Callar en el dolor, es penitencia”.
“Hablar de sí mismo, es vanidad. Hablar restituyendo fama, es honradez. Hablar aclarando chismes, es estupidez. Hablar disipando falsedades, es conciencia.”
“Callar cuando hieren, es santidad. Callar para defender, es nobleza. Callar defectos ajenos, es benevolencia. Callar debiendo hablar, es cobardía”.
“Hablar de defectos, es lastimar. Hablar debiendo callar, es necedad. Hablar por hablar, es tontería. Hablar de Dios, significa mucho amor”
         Si hacemos un esfuerzo y razonamos, meditamos, callados, reflexionando sobre lo que significa cada una de tales reflexiones, sabremos entender lo valioso que son para cualquiera de nosotros. Creo que mucho de lo que somos y dejamos en el camino de la vida es por la capacidad de reflexionar y de tener el valor de dar a los demás y no quedarnos con lo que creemos es solamente nuestro cuando es de todos. La buenas ideas y las grandes reflexiones son de todos y para todos, no para que se encajonen y se guarden para el uso exclusivo de uno porque el egoísmo y la soledad nos llegan a enterrar antes de morir. William Shakespeare, decía: “Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”.
         Hay muchos que piensan que el conocimiento es vital, cuando en realidad es parte del ser y cuando nos aferramos a este pensando en que dominamos todo el “conocimiento”, no vemos que solamente es una ilusión de que sabemos, cuando nos falta mucho para entender y saber lo mucho, inmenso que hay en el mundo y en el Universo. Bueno, ni siquiera sabemos en realidad cómo funciona nuestro cuerpo y nuestro entender y conocimiento, no sabemos casi nada del amor y de los buenos o malos sentimientos, solamente sabemos de sus resultados, pero no de su origen y nacimiento. Finalmente, la ignorancia, no es mala, simplemente nos muestra que tenemos ausencia de conocimiento. Saber siquiera que somos como somos, es un gran avance, es la naturaleza de la existencia la que permanece misteriosa, por ello, cuando creemos saber es ilusorio, solamente etiquetamos, no terminamos con el misterio real y dejamos la ignorancia, en ocasiones ni siquiera sabemos cómo llegamos al conocimiento y vamos dando palos de ciego para ver cuando se deja ver algo que buscamos… por ello, cuando hablamos de los sentimientos, muchos, mejor nos quedamos callados, porque en su misterio solamente los sentimos y sabemos que están dentro de uno y del corazón, sin saber bien a bien, si esto es cierto o hay otra razón….mejor reflexionemos y callemos.