Morena, en cuenta regresiva

  • Roberto Rock
Es un cajón de sastre en el que pelean a dentelladas por espacios.

Este domingo está previsto que dé una vuelta más el rizo de descomposición de Morena, la agrupación creada en 2014 a la sombra del movimiento social que cuatro años más tarde llevó a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador.

 

Por segunda vez desde noviembre pasado, esta mañana se intentará llevar a cabo un congreso nacional extraordinario que conduzca a la elección de una nueva dirigencia, presumiblemente para suplir a la actual lideresa, Yeidckol Polevnsky. La convocatoria fue lanzada el 1º de diciembre, al cumplirse un año del presente gobierno, por Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional morenista, personaje cercano a López Obrador, pero radicalmente enfrentada con la señora Polevnsky, a la que trata de relevar. Esta última impugna la reunión y amaga con litigar en su contra ante el tribunal federal electoral, como ya lo hizo antes.

 

 

El conjunto de los demás partidos avanza con mayor o menor rigor acudir a la cita con las urnas programada para elegir este año alcaldes en Hidalgo y renovar el Congreso local en Coahuila. Ello será la señal de arranque para las elecciones intermedias de 2021. De ese proceso saldrán 500 nuevos diputados federales, Habrá también comicios locales en 30 estados, lo que incluirá nuevos gobernadores en más de la mitad del país.

 

 

Con esos desafíos a la vista, Morena no solo carece de dirigentes. Tampoco tiene un programa claro de gobierno, como no sea el de aplaudidor de todo lo que dicte López Obrador. No se conoce ningún pronunciamiento de esta organización sobre la agenda nacional.  Y sus filas están ayunas de hombres y mujeres destacados en la academia, la cultura o la sociedad.

 

 

La misma incertidumbre que existe nacionalmente en torno a un nuevo liderazgo puede identificarse en cada estado, donde Morena es un cajón de sastre en el que pelean a dentelladas por espacios viejos cuadros de la izquierda, ex priistas, militantes de nuevo cuño y una amplia plaga de arribistas.

 

 

Esta condición caótica de Morena le abre frentes y batallas que está perdiendo, preámbulo de lo que puede ocurrir en los venideros comicios. Es de los Congresos estatales conquistados en las elecciones de 2018 (más de la mitad del país). Incluido el caso de la ciudad de México, se trata de escenario de pugnas entre facciones dentro de Morena misma, lo que está siendo aprovechado por otros partidos para darle gobernabilidad al trabajo legislativo.

 

 

Este panorama justifica la creciente exasperación mostrada por el equipo cercano a López Obrador, lo mismo que por personajes destacados, como el diputado Porfirio Muñoz Ledo, al que el bloque “duro” de Morena en San Lázaro (bancada que presidió durante el primer año de la legislatura) le prohibió recientemente la palabra.

 

 

Podemos estar viendo en Morena un partido que comienza su putrefacción antes de haber alcanzado la madurez.

 

 

Apuntes: Raquel Buenrostro es hoy titular de SAT, al que llegó tras convertirse en una pesadilla como oficial mayor de Hacienda, hasta que el titular, Arturo Herrera, logró bloquearla. Sin embargo, a ella se la atribuye haber influido en el presidente López Obrador para señalar por corrupción al director del Hospital Infantil de México, Jaime Nieto Zermeño, reconocido como eminencia médica y un profesional socialmente sensible, al que sus compañeros recibieron en un auditorio con el estremecedor grito “no estás solo”. A unas horas de la imputación presidencial, sin pruebas, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, acompañado de varios colaboradores, acudió a esa institución para calmar las aguas y trabajar de la mano con el doctor Nieto. Lo acompañó el subsecretario Hugo López-Gatell, que ha debido funcionar como vocero en la presente crisis ante la incompetencia del director del Instituto Nacional del Bienestar (Insabi), el arqueólogo Juan Antonio Ferrer. El manejo de Palacio Nacional en este tema, con señalamientos ligeros en contra de médicos e instituciones, contrasta con el generoso trato que se le está dando a compañías farmacéuticas cercanas a la administración López Obrador, como la del señor Carlos Lomelí y otras que estuvieron vetadas aquí y en otros países, por malos manejos, pero que han regresado por sus fueros. Se trata de una mezcla ominosa que puede atraer una tormenta social que conjugue los fenómenos de escasez de medicamentos al tiempo que por las calles marchen médicos al lado de pacientes y sus familias. ([email protected]).