La compleja elección de gobernador del estado. Maraña de intereses de los poderosos

  • Jorge E. Franco Jiménez

Esta semana se ha intensificado, en diversos medios de comunicación, la difusión de actos truculentos y de deshonestidad  de dos de los candidatos a gobernar el Estado de Oaxaca, Alejandro Ismael Murat Hinojosa y José Antonio Estefan Garfias, el primero de la Coalición que encabeza el Partido Revolucionario Institucional y el segundo de la Coalición CREO, que son los que tienen la opción real de alcanzar el triunfo el cinco de junio próximo, en que el voto ciudadano fijará el rumbo de lo que espera de quien será el responsable ejercer la dirección, el control y administración en el Estado en ejercicio de las facultades y obligaciones que le imponen la Constitución y la ley.

Los contenidos de los mensajes divulgados no esconden la autoría de quien los promueve atrás del telón, como es usual hacerlo en política. Esto se afirma porque en el proceso electoral anterior, los ahora actores políticos involucrados, del Revolucionario Institucional, jugaron en la misma forma en contra del entonces candidato Eviel Pérez Magaña inclinando su influjo en ese sentido para provocar la derrota del PRI y auspiciar el triunfo del Lic. Gabino Cue. La consigna política de poderosos priistas fue, en esa etapa, “todo contra el candidato del jorobado” (Ulises Ruiz). Hoy el candidato del Revolucionario Institucional, está siendo afectado por la misma estrategia cimentada en la autoría de la candidatura.

Se advierte que la receta que se utilizó en favor del hoy Gobernador Gabino Cue para que alcanzara el cargo tuvo éxito; en la elección de este año se está aprovechando la misma experiencia con el mismo objetivo, que el Revolucionario Institucional pierda la contienda. El medicamento que se dio al paciente en el 2010 demostró su eficacia, ahora se reproduce con mayor intensidad como  experiencia exitosa para el mismo enfermo dañando la salud de su candidato.

La voz del pueblo como elemento sustancial del periodo político que vivimos rumora que la fractura se ahonda en el Revolucionario Institucional en Oaxaca, que su voto duro, se ablanda por el desencanto de las promesas incumplidas, como fueron las candidaturas ofrecidas para diputados y presidencias municipales que finalmente no alcanzaron; ofertas de coordinación de la campaña del candidato que se fueron al bote de la basura, provocando frustraciones,  desengaño, enfado y voto de castigo.

Se atribuye al candidato del PRI una dirección controlada desde México que le ha impedido desarrollar sus propias cualidades, el desvío del rumbo inicial, se atribuye a los círculos del poder que lo rodean, uno constituido por los enemigos de un ex gobernador que curiosamente aumentó en número y el de sus amigos que rodeó y encasilló al candidato; estas cadenas son difíciles de romper porqué el candado que las une tiene una sola llave que el aspirante no tiene en su dominio.

Este esquema y los movimientos que se hicieron respecto de la ubicación de propuestas de candidatos a diputados uninominales y plurinominales provocaron el desencanto de los que se sintieron  afortunados y que fueron relegados a lugares en que sus posibilidades o son nulas o mínimas. Para curar la enfermedad causada a los priistas por las promesas incumplidas se implementó la fórmula utilizada en la elección de Gobernador en el 2010 y  esta se está aprovechando en esta elección del 2016, con la misma intensidad.

Se hace efectivo el argumento de que la lealtad poco ayuda en política pues aunque a quien la practique se le considere digno y razonable, cuando cumple sus promesas; la praxis política ha enseñado y comprobado que quienes hacen poco caso de la palabra empeñada y la burlan con astucia e ingenio, superan en la política a los ingenuos, como ocurre en este proceso de elección de gobernador respecto de los respaldos prometidos a los incautos que confiaron en la promesa de anticipados beneficios.

El primer debate no arrojó un resultado como el que se esperaba a fin de darle contenido a lo que debe ser la discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas. El auditorio pensó en algo novedoso que incentivara el sentir de la población y que permitiere avizorar un camino con rumbo en cuanto a lo que se busca realizar en los próximos seis años de gobierno; los participantes poco o nada aportaron. Se propala una segunda discusión en la que los candidatos den muestra de lo que van a hacer en los rubros de la administración, política, seguridad, salud, justicia para darle contenido a la protesta que rinden al asumir el cargo. Su compromiso, notariado o no es uno, cumplir la Constitución y la Ley.

En este sentido el electorado del debate no palpo cuáles son las cuestiones que deben cambiar y las innovaciones que proponen llevar a cabo para combatir el rezago económico, social, seguridad y el bienestar en general y dar con ello certeza a la responsabilidad que implica el cargo. No trataron el tema de la procuración y administración de justicia en el Estado que, en estos momentos, no solo se encuentran en una crisis presupuestal, sino estructural para enfrentar el reto del cambio de sistema en justicia penal; la revisión del funcionamiento de los juzgados civiles y de lo familiar que cada día se alejan de la impartición de una justicia pronta y expedita, mismos que requieren de una cirugía mayor para mitigar la carga de trabajo de acordar y resolver el fondo por parte de un Juez o Jueza.

El proceso es muestra de la aplicación de la reglas de una política maquiavélica que por dieciocho años ha ido erosionando la vida del pueblo de Oaxaca, bajo el control de los cacicazgos que buscan recobrar el poder que en su momento ejercieron de manera su ineficaz y que no derivo en condiciones de bienestar general; en contrario, se tornaron en gobernadores del presupuesto público asignado para aprovecharlo en su beneficio y que hoy proyectan ampliar, situación que debe ser motivo del rechazo ciudadano para evitar otro engaño más, como sucedió con el mensaje de un ilustre Presidente de México, cuando dijo “ya nos saquearon no nos seguirán saqueando”. Esta instrucción se sigue aplicando en Oaxaca sin la palabra “no”.

En una pequeña obra denominada el “El Príncipe” en el capítulo relativo a “Del principado civil” se señala que: “A este tipo de principado se llega con el favor del pueblo o con el de los grandes y poderosos; porque siempre, en las ciudades, se dan estos dos tipos de humores, puesto que la gente del pueblo no quiere ser gobernada y oprimida por los notables, en cambio los grandes tienden a dominar y oprimir al pueblo; de estos apetitos contrarios surge alguno de estos tres efectos: principado, libertad o anarquía.” Esas expectativas tenemos los Oaxaqueños, optemos por la intermedia.

Creo que este antiguo pensamiento de orden político permite deducir que los Oaxaqueños debemos reflexionar acerca de lo que queremos para el futuro sin depender de los poderosos que lo han gobernado y que ahora buscan seguir lucrando con el erario público. Es cierto que la figura de los aspirantes no oferta una opción clara de propósitos, sin embargo, es relevante que se aproveche la experiencia de quien en su persona refleja experiencia en el ejercicio del poder, en la administración y compromiso por razones de origen y residencia; no hay otra expectativa a la vista; lo demás es una repetición de lo mismo y de los mismos que ya gobernaron.

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