¡Que conste,...son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

       La crisis de la partidocracia nacional se reflejó en los malos resultados que tuvieron todos los partidos políticos en las votaciones de este año. Sin duda los simpatizantes de los partidos entendieron que los partidos no son ni remotamente lo que prometían ni lo que prometieron, responden solamente a un grupo mafioso que es el que controla al mismo, impone las condiciones para repartir puestos y presupuestos, y se reparten entre ellos los recursos financieros que logran con las aportaciones de sus militantes o con las dádivas que les brindan o los presupuestos que reparten a manos llenas por medio del INE o bien, por los fondos financieros que les llegan a todos los partidos de parte de la delincuencia organizada para comprar posiciones y lugares en la administración y en el control de las policías.

         La operación centralización salió al tiro, la centralización del poder permitió un arreglo por medio del famoso Pacto por México que deja a los partidos en condiciones de absoluta complicidad y dependencia del poder ejecutivo. La realidad del ¨Pacto” orquestado a modo de la gran corrupción por medio de la operación realizada por José Murat Casab, repartiendo recursos y puestos y presupuestos a los grupos y mafias de control de los partidos logró la magia de poder aprobar las famosas reformas estructurales que al paso del tiempo han demostrado el saqueo que se realiza de los recursos públicos y los fondos público, en la operación realizada por los empresarios y financieros ligados al poder, para repartirse los mejores contratos de obras y las mejores concesiones, incluyendo la privatización del agua y de los servicios médicos y los servicios educativos, así como se han vendido reportando las concesiones para establecer sus propias policías privadas que son las que controlan la seguridad de los mexicanos obteniendo la información de todos para el servicio de unos cuántos hampones en el gobierno, así, estamos los mexicanos no solamente controlados sino que sufrimos ya una dependencia de una verdadera dictadura policiaca que se maneja por los empresarios y financieros ligados al poder político  en el país.

         Con la experiencia en el control de los grupos políticos, José Murat Casab, logra integrar los fondos financieros con los apoyos políticos cercanos al presidente Enrique Peña Nieto, para obtener los recursos suficientes que pudieran comprar la “voluntad” de los dirigentes y controladores de las fracciones parlamentarias en las cámara de diputados y senadores e imponer las famosas reformas estructurales, esto, lo logra por medio de los financieros y empresarios ligados al grupo Atlacomulco y a sus familiares políticos que controlan la vasta red de caminos y camiones en el país, por los cuales se cobran los servicios de caminos y puentes y se trasladan los grandes movimientos de gentes, mercancías, armas y drogas en ellos, con o sin el conocimiento de los dueños que son los que le han permitido amasar una enorme fortuna después de que ha sido gobernador de uno de los estados más pobres que, ahora cuenta con los políticos más ricos, incluyendo a los de la actual administración. Como ejemplo, tenemos a los compadres y secretarios, así como al líder de los mismos en el Consejo Coordinador Empresarial, donde el dirigente no ha sido empresario nunca, pero es el alfil que liga las instrucciones de los empresarios con el presidente, al que consideran como un gato.

La intriga palaciega que llevo a cabo las famosas reformas estructurales es que se ligan con los grupos empresariales a los que dieron las concesiones y los contratos de obras y servicios más jugosos, pero el asunto se complica, por ejemplo, en el caso de Nuevo León, en donde sin tomar en consideración a la oligarquía regiomontana que es la que opera los grandes negocios privados con los recursos públicos, había sido desplazada por el gobernador Medina y otorgaba los contratos más jugosos de miles de millones de pesos y dólares, así como el control de las rutas del narcotráfico, de las armas y sicarios de la región a los representantes del grupo Atlacomulco y es así que, la oligarquía regiomontana, se subleva y apoya a Jaime Rodríguez, para desplazar a ese grupo que ahora invadía sus fueros. Este ejemplo comienza a invadir a todo el país y es así que los mismos mafiosos de los partidos políticos empiezan a demandar sus puestos y presupuestos y evitar que el grupo Atlacomulco se apropie de todos los buenos negocios que permiten dar hasta casas, viajes y viejas a los que controlan la operación financiera, por ello, ahora, tenemos que entender que en las relaciones políticas del país no solo se deben tomar en cuenta a los grupos de control de los partidos, sino a los grupos financieros y empresariales que están ligados en los subsidios y en los contratos y obras que se reparten, en cuanto algún grupo llega al poder. Hoy, lo veremos en el pleito que se generará con amplios recursos en el Distrito Federal, cuando los operadores de Morena suelten los dineros de muchos de los empresarios que se enriquecieron con los segundos pisos y disputen el poder político y la administración pública del gobierno capitalino. Será un pleito de muertes y a muerte. Los verdaderos pleitos son: por el poder y por el dinero…lo demás es demagogia y distracción.