¡Que conste,... son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

    Sin duda en este país todos somos marianos y tenemos un especial cariño y respeto por la madre, es una costumbre arraigada por la sociedad y por la propia naturaleza y la realidad, por tal motivo, cuando alguien conocido pierde a su madre, todos le guardamos respeto y consideramos que podemos hacer una tregua aun con los enemigos más serios, porque son los tiempos del luto. Esto le sucede hoy en día a José Nelson Murat Cassab, cuya madre ha sido un factor muy serio en su formación y en su desarrolla, de tal suerte que uno de sus hermanos me comentaba que, Juanita Cassab Rueda de Murat, le comentó y le recomendó cuando ingresaba en la política que: “Cámbiate el apellido materno y ponlo como cualquier apellido de México#, por esa razón cambió el Cassab por el de Casas, ya que, “sostenía que si tenía los dos apellidos extranjeros no se le vería con buenos ojos en la política nacional”. Por ello, desde los tiempos de Luís Echeverría, José Murat era más bien conocido como José Nelson Murat Casas, y durante muchos años así se desarrolló, ese era el inmenso cariño de la madre por su hijo y por la libertad y valor que le daba Doña Juanita a la labor que desarrollaba Pepe. Así que, independientemente de que nos caiga bien o mal, de que le critiquemos muchas de sus salvajadas y otros errores propios del poder, tenemos que declarar que nuestra admiración es grande al valor de Juanita que hoy deseamos, de todo corazón, que descanse en paz.
         En verdad creo que el presidente Enrique Peña Nieto puede tener muchos ánimos encontrados en contra de los que dentro del periodismo o del análisis político le critican en forma severa, pero no creo que llegue a los extremos de la represión personal en contra de los periodistas que le sean críticos. Por supuesto que hay niveles y hay acciones y declaraciones que sin duda alguna le han causado mucho dolor político, personal y familiar. Creo que como a cualquier gente pública o no, las acciones en contra de la familia les lastiman y en muchos casos, podrá o no haber razón para la crítica, pero sin duda que las cosas y la vida de un político, cualquier sea su nivel, son cosas de estado y cosas públicas.
         En alguna ocasión, cuando iniciaba su campaña política y nuestros artículos criticaban seriamente al actual presidente, tal como lo hicimos en los últimos libros, no falto periodista y político que se acercaban y nos decían que no deberíamos continuar con esa labor y menos hacer las críticas como las hacíamos, porque deberíamos recordar que, “Enrique, no era un dulce, que cuando tomaba decisiones políticas y tenía que eliminar y terminar con sus enemigos lo hacía y no le temblaba la mano”, y nos ponían como ejemplo “la represión en Atenco, diciendo que, cuando un presidente no actuaba, él, lo hacía al costo que fuera”. La verdead es que cuando uno se quema con leche, hasta al jocoque le sopla, pero no creímos que eso fuera la realidad, entendimos que eran las acciones de muchos periodistas y políticos que pretendían o luchaban por limpiarle el camino, pero que, Peña Nieto, no podría tener esos ánimos represivos de tal forma que llegara a la eliminación y represión a sus enemigos personales o a los que él considerara como tales. Y no nos equivocamos, la muestra la tenemos nosotros, no hemos sido molestados o reprimidos por esas acciones perversas que algunos funcionarios y amigos le cuelgan en el afán de limpiar su camino.
         El presidente Peña Nieto, ha sabido ser respetuoso de la libertad de prensa, cosa que sin duda no lo consiguió un represor  como Felipe Calderón y el mismo Fox, con esos arranques de líder frustrado que carga a cuestas. El PRI y los priístas saben los enormes costos que en la época actual pueden tener los actos viscerales y de represión de parte del poder o de los políticos en el poder. Sabemos que esos arranques represores no son de todos, hay gobernadores que siguen y hacen esa represión en forma sistemática e incluso utilizan a los grupos del narcotráfico para cobrar las cuentas pendientes en contra de los comunicadores, de ahí que haya tantos muertos y desaparecidos en los últimos años. Pero no creo que el presidente, Enrique Peña Nieto, sea un asesino o represor de los comunicadores y de los medios de comunicación por muy críticos que seamos. A lo mejor, me dirán, que no tengo los tamaños de Aristegui o de otros comunicadores y creo que, no hay comunicador pequeño, hay almas pequeñas y espíritus rastreros, pero el más pequeño crítico, como la pulga, no deja dormir al que pique… nuestra solidaridad con Carmen Aristegui,  con la súplica de que no caiga en la provocación, pensando en que, el presidente, toma venganzas personales… no lo creo en la realidad. Al tiempo que es la madre de la verdad… hay, eso sí, enemigos que lo desearían…con tal de empinarlo…