La descomposición del sistema educativo, consigue que los estudiantes luchen por mejores condiciones

  • Carlos Noé Sánchez Rodríguez

En estos días recientes, los medios de información dieron a conocer que los estudiantes de diferentes escuelas se organizaron para repudiar a sus directores, quienes con base en corruptelas, despotismo y maltrato se ganaron la protesta de los estudiantes. En el Instituto Tecnológico de Tlaxcala, ubicado en las inmediaciones del poblado del Xocoyucan del Municipio de Ixtacuixtla, escuela de nivel superior; en los 3 Conalep ubicados en los Municipios de Amaxac, Zacualpan y Santa Apolonia Teacalco; así mismo los alumnos del CBTIS 211ubicado en San Jorge Tezoquipa del Municipio de Panotla, y no hace mucho lo mismo sucedió con el director del Cbtis número 3 ubicado en la capital del estado, son algunos de los planteles donde se da el descontento de los jóvenes estudiantes.

Las estadísticas dicen que cuando un fenómeno es recurrente, hay una causa común que lo produce, y en este caso no es casual que sean los directores los acusados y que sean los estudiantes los que están exhibiendo las causas de su descontentó, que es precisamente en todos estos casos  la autoridad de la escuela: los directores y junto con ellos toda la burocracia  de supervisores, jefes y secretarios, que tienen que ver con la educación en esos sistemas. En la mayoría de  estos casos exhiben los acusados características similares, prepotencia, maltrato a los estudiantes y docentes, corrupción etc., además del deterioro de las instalaciones en las que estudian. En  la actitud de los directores se asoma una política que se desarrolla peligrosamente en casi todas las escuelas, que es prácticamente el abandono de la excelencia académica, que se ve claramente en la calificación de las diferentes exámenes a que se someten al estudiantado, como la prueba ENLACE, en la que casi siempre salen reprobados, ocupando los últimos lugares en comparación con los demás países donde se aplica, y si han abandonado este rubro, se debe a que los directivos le tiene sin cuidado este aspecto, pues nadie les exige, nadie los presiona, y no hay coacción de ninguna clase, con la complicidad de la burocracia educativa, que tampoco hace nada. Muchos maestros comentan que las academias y los cursos a los que se convocan a los maestros son malos y aburridos, y que sirven más para comprobar recursos, que para instruir; otra causa es que mucho de lo que se enseña como ciencia en las diferentes materias, no tiene que ver con la realidad en que vive el estudiantado, ni con los problemas  que se enfrenta la nación entera, en fin una educación abstracta y general que no entusiasma a los jóvenes. Este problema no es gratuito, en realidad es la posición del estado, pues desde ya algún tiempo lo único que persiguen en la educación, es la formación de técnicos que ayuden a los empresarios a extraer más ganancia de sus empresas

La otra política que se  instrumenta es el sindicalismo magisterial, como es bien conocido, se ha dedicado a cuidar y defender los intereses de los maestros, pero sin  tomar en cuenta los del estudiantado, y más de las veces en contra de ellos, de tal forma que los directores se sienten amparados, por su sindicato y por las autoridades educativas, por lo que se da la pérdida del eros pedagógico, es decir el interés por la enseñanza, y entonces se dedica a cuidar sus privilegios y sus intereses, y más temprano que tarde les entra el gusanito de mejorar sus ingresos ya sea a través de los negocios que se puedan crear al interior de las escuelas o maniobrando con las cuotas de los estudiantes, y otras  que es lo peor pero que sucede, usando su autoridad y su investidura para cometer delitos graves  en contra de los docentes y de estudiantes, y cuyo castigo solo cuando se le descubre, consiste en un simple cambio de escuela .

        La llamada reforma educativa solo toca levemente algunos de estos aspectos, pero   como la tiene que ejecutar la misma burocracia, entonces poco, muy poco se puede esperar de ella, además los compadrazgos, las relaciones de  complicidad, la  opacidad y la búsqueda  del poder y privilegios con que se manejan algunos vicios relacionados con la conducta de los maestros, entorpece cualquier mejoramiento que obligue a cambiar de conducta a los directores, a los maestros y en general a la burocracia educativa.

      Por ello no es raro que salga el descontento de los estudiantes y de los padres de familia, porque son ellos los más afectados, son a los que se pisotean sus intereses presentes y futuros, es el producto donde viene a culminar  la educación, que desgraciadamente, se va generalizando en todos los niveles.  Por ello debemos ver con buenos ojos las protestas estudiantiles y de los padres de familia, es en cierta manera la única fuerza real que puede en forma extendida parar esta corriente, antes de que la educación caiga aún más debajo de lo que está, aunque también es cierto y notorio que todavía hay muchos maestros verdaderamente patriotas, que se dan cuenta de esta situación y hacen esfuerzos por cambiar esta cotidiana conducta, a ellos mis respetos y mis felicitaciones, y deben de saber quiénes son sus aliados.