Oaxaca. Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Oaxaca. “Movidos por el amor, vivamos esta experiencia dolorosa de la pandemia y aprendamos mucho de ella, no atentemos contra nuestra vida, ni contra la de nuestros hermanos al decir a mí no me pasa nada, yo estoy bien fuerte, porque muchos que lo dijeron, se contagiaron y se fueron”, señaló el Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos.

Al celebrar la misa solemne en conmemoración de la festividad de la Santísima Virgen del Rosario, en el fraccionamiento de este nombre, con escasa presencia de católicos, por la contingencia, en apego a los protocolos de salud y ante el presbítero de esta demarcación religiosa, Ricardo Vásquez Ojeda, presidió la Eucaristía por toda la comunidad religiosa para que el Señor les continúe bendiciendo.

“Damos acción de gracias por la vida, salud, trabajo y bienestar de las familias y por todas las capellanías de esta demarcación y que la paz del Señor esté con ustedes”.

Esta celebración, al igual que desde que inició la contingencia sanitaria, fue transmitida por medios electrónicos vía Facebook, la cual los feligreses siguieron con amor, respeto, devoción y fe, atestiguando esta celebración, con escasos fieles presentes en cumplimiento a las disposiciones institucionales.

En tanto que el párroco Ricardo, atendía a quienes se acercaron para recibir el Sacramento de la Reconciliación, Pedro, el representante pastoral de Antequera-Oaxaca, se congratuló de las medidas dispuestas por los colaboradores de esta parroquial. “Gracias a Dios, nos podemos reunir aquí con los debidos cuidados para celebrar nuestra festividad, sé que muchas personas quisieran estar pero tenemos que cuidarnos”, enfatizaba.

Ante la inmaculada Virgen cuyo nombre lleva este fraccionamiento del Rosario, en su cuarta visita y celebración religiosa en este templo, el cual se encuentra en proceso de restauración, derivado de la afectación por los pasados sismos de Septiembre de 2017, Vásquez Villalobos pidió misericordia a nombre de toda la Iglesia e imploró misericordia por todos sus hermanos en fe.

En reflexión a la homilía, Monseñor agradeció las muestras de respeto, afecto y devoción a la Santísima Virgen de María, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario.

“Qué gusto me da su presencia física y virtual, con ello me dicen cuán profundamente aman a Dios, creen, confían de él su protección, gracia, bendiciones, perdón, bondad, amor y esperan de nuestro Señor todo, pero no solamente buscan a Dios y creen en él, sino también creen y buscan la intercesión de la madre de Dios.”

Al contemplar la devoción, respeto y participación de los niños de esta parroquial, reflexionó y refirió: “Yo también fui niño como ustedes, nací en un rancho, a la falda de un cerro ahí nací en el Estado de Jalisco, en una comunidad donde estaba una casita, otra más allá y otra mucho más allá, teníamos una pequeña Parroquia, donde también venerábamos a la Virgen del Rosario e íbamos los domingos a misa, tenía que caminar una hora para llegar así como para ir a la escuela”.

Qué cosas tan curiosas, cuando llegué a Oaxaca, la primera Parroquia que visité en la Arquidiócesis, es la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, por algo ha de ser.  “Desde niño, insistió, mis padres me enseñaron a hablarle a la madre de Dios, porque ella está llena de un amor maternal; sólo las madres entienden lo que es el amor maternal como María, porque lo viven, así como los papás con su amor paternal, comprenden el amor divino e imitan a Dios que es Padre y que lo es todo.

Los padres quieren lo mejor para sus hijos y así lo piden a Dios, por ello, los inculcan, orientan y animan al hablarle a su hijo desde su corazón para que no sufra a lo largo de su vida, porque desde su concepción lo cuidan con amor”.

Las madres, como María cumplen el encargo que le hizo su hijo Jesucristo cuando estaba en la cruz: “Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre”, ella, como madre de Dios es nuestra madre también porque somos hijos de Dios, por eso la invocamos, buscamos y pedimos su intercesión.

Hoy en el Evangelio, agregó, “Escuchamos el anuncio que hace el arcángel Gabriel a la Virgen María. Dios te eligió para ser madre por obra y gracia del Espíritu Santo, vas a concebir un hijo y le pondrás el nombre de Jesús, que va a salvar a su pueblo. El Señor está contigo”, qué hermoso saludo del mensajero de Dios, agregaba.

Conminó a los católicos a rezar el Santo Rosario y el Ave María, no se cansen de seguirlo haciendo, la madre de Dios sabe por qué rezan, invocan y le piden a través de sus oraciones, bendiciones, gracia, protección, auxilio y tantas cosas. Estamos en el mes del Rosario, en festividad de nuestra Señora del Rosario y esta devoción la Iglesia la inculca y promueve porque desde el seno familiar y en la vida comunitaria, la necesitamos con su poder de intercesión con su hijo Jesucristo.

En nuestro tiempo, la oración ha ido creciendo más y más porque Dios nos está probando con esta enfermedad, le decimos al Señor: “Líbrame, cuídame de caer en este contagio, no quiero enfermarme”. Pero también, reforzaba, tenemos que cuidarnos, traer nuestro cubrebocas, guardar nuestras distancias, lavarnos las manos una y otra vez, tratar de no tocarnos la cara. Tranquilos, hay que seguirnos cuidando y Dios nos sacará adelante”.

Ante las consecuencias y efectos derivados del COVID-19, Vásquez Villalobos, los invitó a confiar en la voluntad del Señor, rezar el Santo Rosario y todo ello para gloria de Dios. “Que el Señor les bendiga, que Dios les conforte y que María nuestra madre les haga sentir su amor maternal y protección.

De forma distinta Dios nos regalará otros momentos para vivir felices, que Dios les colme de bendiciones a todos”, enfatizaba ante los reunidos y seguidores que celebraron con devoción en esta festividad a María, nuestra Señora del Rosario, con quienes se disculpó por no saludarles personalmente por la contingencia, pero, cuando lo pueda hacer, se comprometió, lo haré con gusto para darles un abrazo, una bendición personal pero, hoy no lo debo hacer para cuidarlos”.