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Arranca Peña su tercer año de gobierno con desaliento

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La aprobación ciudadana al presidente Enrique Peña bajó 11 puntos en el último cuatrimestre, situándose en 39 por ciento.

El presidente Enrique Peña Nieto iniciará su tercer año de ejercicio con la fortaleza de una intensa operación política que le permitió consolidar en el Congreso de la Unión las 11 reformas estructurales y la legislación secundaria que le han dado visibilidad y reconocimiento internacional a él y al país.

Asimismo, este lunes arrancará el segundo tercio de su administración, marcado por la detención de importantes capos del narcotráfico, entre ellos la columna vertebral de los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, y por la respuesta intensiva a la emergencia provocada por las lluvias del 2014 en Los Cabos.

Pero el mandatario también iniciará este año eclipsado por la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, las ejecuciones de 22 personas un Tlatlaya, la inseguridad en Guerrero, Michoacán, Estado de México y Tamaulipas, el bajo crecimiento económico y un genuino descontento social por la inseguridad.

De acuerdo con una nota del periódico El Universal, para los analistas políticos Alfonso Zárate, José Fernández Santillán y Leonardo Curzio, el país volvió a su realidad luego de que había habido un arranque de administración con diversas acciones y decisiones de gobierno contundentes que aliviaron la esperanza de los mexicanos.

Coinciden en destacar la “gran capacidad” de operación política del Presidente de la República para empujar, desde Los Pinos, las reformas estructurales en el Congreso, pero advierten que el Ejecutivo “bajó el volumen” al tema de la seguridad.

En materia social se hizo evolucionar el programa Oportunidades para convertirlo en Prospera, el cual además de beneficios de apoyos sociales de combate a la pobreza, incorpora a sus beneficiarios a la dinámica económica y productiva.

En los últimos meses inició el proceso de implementación de diversas reformas, entre ellas la energética, de telecomunicaciones, de competencia económica, fiscal y financiera, además de que se avanzó en la educativa, la política y se alertó en la necesidad de consolidar las reformas al sistema penal.

A lo largo de 2014, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logró las detenciones de importantes líderes de grupos criminales como Joaquín El Chapo Guzmán, cabeza del Cártel de Sinaloa o Cártel del Pacífico, y de sus adversarios, Héctor Beltrán Leyva El H y Carlos Beltrán Leyva, entre otras importantes detenciones.

En materia internacional, a lo largo de 2014, el jefe del Ejecutivo ha cumplido con compromisos internacionales en Suiza, Cuba, Colombia, Ecuador, Honduras, Panamá, Portugal, El Vaticano, España, China, Australia y Estados Unidos, visitando California y Nueva York en diferentes giras.

Además de los presidentes de Estados Unidos, China y Francia y el premier de Canadá, el presidente Peña recibió en 2014 en visita de Estado al presidente de Perú, Ollanta Humala; al secretario de Estado de El Vaticano, Pietro Parolin; a la directora del FMI, Christine Lagarde; a los presidentes de países miembros de la Alianza del Pacífico: Chile, Perú y Colombia: Michelle Bachelet, Ollanta Humala y Juan Manuel Santos, respectivamente.

Además de los príncipes de Japón y los príncipes del Reino Unido, fue anfitrión en Yucatán de los mandatarios de los países de la región centroamericana y caribeña entre ellos Ricardo Martinelli, presidente de Panamá.

El politólogo Alfonso Zarate, licenciado en Derecho por la UNAM y maestro en Sociología Política por la Universidad de Londres, señala al respecto que tras concluido el primer tercio de gobierno se debe reconocer que el arranque fue fuerte y contundente.

Sus primeras acciones, como la aprehensión de la ahora ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, la firma del Pacto por México y la reforma constitucional en materia educativa recordaron “los golpes espectaculares” de Carlos Salinas de Gortari.

Zárate Flores agrega que en materia de seguridad pública Peña Nieto se propuso bajarle el volumen al tema pensando, quizá, en que de esta manera se cambiaría la percepción de seguridad entre los ciudadanos.

Indica que además llegó un segundo momento de indecisiones y estancamiento, sobre todo en materia económica pues la economía no arranca, las previsiones de la Secretaría de Hacienda no se cumplieron y hay un tema persistente de inseguridad.

“Casi para terminar este primer tercio se da el momento estelar del gobierno de Peña Nieto con la aprobación (en el Congreso) de las reformas estructurales y esto lleva a algunos prestigiados medios internacionales a hablar del momento de México.

“Pero finalmente se impuso la realidad y no quedó más remedio que reconocer que la violencia delincuencial no cesa, que muchos mexicanos siguen sufriendo el ‘cobro de piso’, las extorsiones, los secuestros y de pronto los hechos de Iguala demostraron hasta qué punto han penetrado las bandas criminales a la autoridad constituida”, asienta el analista.

Dice que los hechos de Iguala, Guerrero, interpelan al municipio, al gobierno del ex mandatario Ángel Aguirre Rivero pero también a las instancias de inteligencia civil y militar del Estado mexicano, además de que surgieron señalamientos sobre las propiedades de la esposa del Presidente.

“El Presidente llega al final de este primer tercio enfrentando una genuina irritación popular, marchas en ciudades del país y en el extranjero y las redes sociales que difunden las visiones de una sociedad agraviada y con mucho coraje”, agrega.

Subraya que los retos de Peña Nieto al inicio del segundo tercio de su mandato son restaurar la credibilidad de la institución presidencial, que el anuncio en torno a Iguala va en serio, “pero todo eso pasa en gran medida por la revisión de su equipo y que salgan los que no dan resultados y quienes se incorporen tengan una trayectoria y credenciales intachables”.

El analista político Leonardo Curzio, doctor en Historia por la Universidad de Valencia e investigador de la UNAM, dijo que el segundo año de gobierno “ha sido tremendamente contrastante”.

Comentó: “Lo que se auguraba como un año espléndido en términos de concreción de las reformas, el despegue propiamente de la administración ha quedado opacado por los temas ligados a la seguridad, a la inestabilidad gubernamental en algunos estados y por unas reformas que no han despegado por coyunturas internas y a una serie de eventos externos”.

Consideró que el segundo año de labores del presidente Peña Nieto fue de contrastes pues comenzó con muchas esperanzas en el arranque pero que concluye “con un baño de realidad que a muchos nos ha recordado 1994”.

Opinó que los puntos positivos alcanzados por el presidente Enrique Peña Nieto son: Ser un excelente operador político y con una capacidad legislativa, desde la Presidencia de la República, “absolutamente notable”, lo que aún está por demostrar es que la gestión de gobierno lo puede aterrizar con la misma habilidad que la parte legislativa.

Indicó que los puntos negativos no se centran exclusivamente en el caso de la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, pues dijo que este tema no le pega directamente al Presidente en términos de responsabilidad pero le termina pegando por ser el jefe del Estado mexicano.

“Para mí el punto más delicado de su gestión, y es una cosa absolutamente atribuible a él, es la revocación de la licitación (a un consorcio chino) del tren de alta velocidad (México-Querétaro), es un tema que aún palpita en su escritorio porque finalmente el mensaje es que la certidumbre jurídica, fundamental para que sus reforma volaran, no está garantizada”.

José Fernández Santillán, doctor en Historia de las Ideas Políticas por la Universidad de Turín y en Ciencia Política por la UNAM, dijo que al arranque del tercer año de ejercicio de gobierno del presidente Peña Nieto “el plan de vuelo cambió drásticamente”.

El también catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey dijo que el Ejecutivo planeaba que los dos primeros años de su gestión fueran de reformas, con lo planteado en el Pacto por México, pero vino inesperadamente el caso Ayotzinapa y todo se modificó.

Asentó: “La cruda realidad le vino a recordar que en México hay problemas no resueltos como el de la seguridad pública. Entonces todos aquellos grandes logros de las reformas estructurales, exitosos a nivel nacional e internacional, hoy presentan otro rostro del país a nivel interno y externo y tendrá que lidiar con este asunto”.

Considera que los positivos del Presidente a lo largo de 2014 fue que puso por delante a la política para lograr conjuntar a los partidos para sacar reformas en beneficio del país y sus legislaciones secundarias.

El analista indicó que el principal negativo fue descuidar la seguridad. Dijo que el presidente Peña no es culpable de lo ocurrido en Iguala con los normalistas de Ayotzinapa pero sí es responsable pues el Estado debe garantizar la seguridad de las personas.

Peña Nieto en los niveles más bajos de aprobación

De acuerdo con la más reciente encuesta nacional de Grupo Reforma, la aprobación ciudadana al presidente Enrique Peña Nieto bajó 11 puntos en el último cuatrimestre, situándose en 39 por ciento.

Este es el nivel de popularidad más bajo que ha registrado un Presidente de la República desde los años 1995 y 1996, al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo, bajo un contexto de fuerte crisis económica.

Hoy, bajo un contexto de insatisfacción social por los desaparecidos de Ayotzinapa, la desaprobación al Presidente Peña subió de 46 a 58 por ciento de agosto a la fecha. El mandatario inició su gestión con un 30 por ciento de rechazo ciudadano, el cual prácticamente se ha duplicado, revela la encuesta de Grupo Reforma dada a conocer este día.

Regionalmente, la aprobación al Presidente se mantiene por arriba de 40 por ciento en el norte y sur del país, pero cae hasta 30 por ciento en la región centro.

Entre líderes de opinión, la aprobación al presidente Peña Nieto cayó 19 puntos desde agosto para situarse en 21 por ciento, muy lejos del 78 por ciento con el que inició su gestión el priista en ese segmento de mexicanos.

La calificación promedio que obtiene el Gabinete de Enrique Peña es de 4.5. Solamente el canciller José Antonio Meade aprueba con una calificación de 6.1. Otros 20 cercanos colaboradores del mandatario reprueban con calificaciones menores a 6, incluido el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien obtiene 4.6, así como el Procurador Jesús Murillo Karam, quien saca una nota de 3.9.

El estudio elaborado por Grupo Reforma se hizo entre ciudadanos a través de una encuesta nacional en vivienda realizada del 20 al 23 de noviembre de 2014 a mil 20 mexicanos adultos. El muestreo se hizo en múltiples etapas con base en las secciones electorales del INE. Margen de error de +/-3.1%, con un nivel de confianza de 95%. La tasa de rechazo a las entrevistas fue de 23%.

Respecto a los líderes, el sondeo se llevó a cabo vía correo electrónico realizado a 924 líderes de opinión del 21 al 26 de noviembre. Los entrevistados se desempeñan en la academia, la política, la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil en diferentes partes del país.

El cuestionario se envió a 4 mil 428 direcciones de correo válidas, por lo que la tasa de respuesta fue de 21%.

Regiones del País. Norte: Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. Centro-occidente: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Querétaro.

Centro: Distrito Federal, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Sur: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

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